miércoles, 31 de diciembre de 2014

Chau!

Nunca me he conformado, siempre he creído en la posibilidad de crecer, de enmendar, de creer, de esperanzarse para mejorar. De acuerdo a esto, no es de mí parecer decir o postular "este fue mi mejor año",
"ha sido el mejor año", ni algo remotamente similar. Es más, siempre he criticado mi vida y todos sus aspectos, la debilidad, el miedo y la frustración, que me navegan a diario, con más o menos profundidad.
El mundo laboral me puso de cabeza: la exigencia, la rutina, las responsabilidades, el priorizar el trabajo a cualquier contingencia, la vida adulta, el choque del deber con el deseo, las ganas de claudicar, el deseo por seguir estudiando y mis benditos estudiantes. 
Todo aquel mundo se me presentó como un balde de agua fría, de alguna manera por la mala experiencia que tuve al inicio, pero también por todo lo que significa aquel salto de la universidad y el hogar al mundo laboral y su rigidez. El cumplimiento porque sí, la cortesía, el protocolo y la parquedad, están presentes en una primera línea, por sobre la espontaneidad, la chispa, las carcajadas y el la alegría desbordante.
Sin duda, fue un año de experiencia pura, de reconocimiento por parte de los estudiantes como una profesora cercana, y la creación de aquel espacio que se crea en el aula. Pero además, de la confirmación de la vocación - pasé el primer año -, del inmenso deseo de seguir creciendo, aprendiendo, construyendo desde el aula, en otros horizontes, en otros espacios, con nuevos rostros, siendo forastera, siendo yo con otros en construcción, en proceso, en armonía, en crecimiento.
Es decir, en lo profesional: no me quedo, voy más.
Las personas - en la mayoría de los casos - no escogemos donde nacer, quiénes serán nuestros padres, quiénes nos van a herir o con quiénes formaremos lazos incondicionales, más bien, nos dedicamos a disfrutar y a aprender en esos espacios que nos fueron regalados al momento de nacer. Me considero una afortunada en este aspecto, aunque no sea amiga de mis hermanos, aunque hoy no hable con uno de ellos, aunque hasta hoy no entiendo qué rol debo cumplir: me premiaron por alguna razón que desconozco. Soy agradecida por la madre que tengo, porque puedo vivir con ella aún, porque no dejo de aprender de su vida, de su fortaleza y del inmenso amor que nace de la herencia de mi abuela. Es ella la luz de esta familia. Luz, pilar, fundamento, raíz, responsable - o culpable -, incondicionalidad, empatía, sonrisa, descanso, abrazo, calor, palabras, todo. Aunque tengamos distintas personalidades, nos cueste entendernos y a veces es mejor el silencio, tengo la certeza de que en su brazos está el mejor consuelo de esta galaxia y las otras. 
En consecuencia a lo que esta mujer ha construido a lo largo de casi cuarenta años de matrimonio, somos y seguimos siendo sus hijos. Ella es responsable de quiénes somos, pues se encargó de modelarnos con arcilla aquellos valores que nos tatuó en el alma: distintos, muy distintos, con carácter y responsabilidad, con empatía, pero por sobre todo por amor por el otro. Sin duda, ha realizado un trabajo maravilloso, lleno de esfuerzo y entrega absoluta, que seguirá cumpliendo hasta la posteridad, aunque la enfermedad nos invada, aunque el orgullo se coma la comunicación, aunque la desesperanza nos ahogue. La certeza es que siempre nos tendremos y te tendremos.
Confirmar amistades y aferrarme - y descansar - en sus energías para seguir el camino. 
Esas personas - contadas con los dedos de una mano - son el bendito bálsamo que Dios me regaló. Son ironía, humor negro, verdad, luz, armonía, cobijo, honestidad revolucionaria, brazos abiertos, carcajadas y empatía, certeza y amor a ciegas, verano e invierno, pomelo amargo y chocolate dulce, helado de mandarina y pizza de queso azul, mate y cigarros, melón con vino y baile, lágrimas y consuelo: son presencia infinita de Dios en mi vida. Yo, a ellos los amo con el alma, con mi humor de mierda y mis deseos de arrancar. 
Emigrar, construir, emprender, marcharse: al carajo y más allá.
Esas serán las premisas, las ideas, los proyectos, los objetivos y los deseos.
No quedarse, no congelarse, priorizar, profundizar, crecer y seguir adelante, no estancarse, no achuncharse, no perder el tiempo, no callarse, no abrazar, no besar, no decir en el momento preciso, no apagarse, no lanzarse, no atreverse y no amar - ni dejarse amar -. Emplear el afirmativo de estas oraciones, llenarse de energías y calidez, de certezas y de proyectos para lanzarse a la vida y amar los desafíos, para realizar lo imposible y romper con los límites.

Deseo emprender. Lo haré.
Deseo lanzarme. Lo haré.
Deseo marchar lejos. Lo haré.
Deseo tenerlos siempre. Lo haré.
Deseo abrazarlos. Lo haré.
Deseo amarme. Lo hago.


2015: venite conme!

jueves, 25 de diciembre de 2014

No elegí.

Sé que es Navidad
y ayer me entregué a ese
espacio espiritual que tanto necesito
y al cual recurro una vez a la semana.
Pero desde ayer,
y con su aparición hoy
- con él vienen su orgullo,
que dobla su estatura, su temperamento,
su genio de mierda y su puta indiferencia -
han vuelto las lágrimas,
el deseo de arrancar,
la idea de que uno no elige a su familia,
ni muchísimo menos su forma de actuar.
Es increíble
- y siempre insisto con el mismo -
cómo nuestros actos repercuten en los demás,
cómo un gesto, una palabra al aire
hace eco en otro y es capaz de hacerle
el día pedacitos.
Me toca hacerme la loca,
estar ausente de estas paredes las horas
que se me permitan,
botar mis lágrimas en otro lugar,
darle el espacio que necesita
para que mi madre lo consienta,
y no escuchar sus reclamos
- que son unidireccionales -.
Han vuelto esos días de pendejos
cuando nos llevábamos mal,
cuando no nos soportábamos,
ni entendíamos,
cuando pasábamos por la vida del otro
casi como "el hermano lejano",
pero esta vez para mí es distinto.
Porque me doy cuenta que
con sus 33 años a cuestas,
no ha cambiado nada.
Es más,
su tesura ha crecido con los años,
su orgullo es su armadura,
y la indiferencia el estoque.
La pena y el dolor que siento
no es precisamente por mí,
sino porque sé que con el paso de los años
el que se quedará solo,
al que le reclamarán sus hijas,
el que se arrepentirá de haber sido
un cabeza dura,
no soy yo.
Me duele porque me responsabilizan de su indiferencia,
y yo,
aquí estoy:
con las manos atadas,
sin poder putearlo porque es la casa de mis papás,
sin poder esbozar una puteada en su cara,
porque no me corresponde,
sin poder decirle que se banque su vida y se haga cargo.
Dejo en manos de la vida lo que pase con él,
no me responsabilizo por sus decisiones,
sólo por lo que alguna vez pude provocar en él.

Paciencia, luz y silencio hasta el 3 de enero.
Definitivamente, hay cosas que uno no elige.

viernes, 19 de diciembre de 2014

Amistad.

Nostalgia.
Sí.
Creo que así se llama.
Algo como eso,
mezclado con melancolía,
deseos de sentir esa calidez nuevamente,
esa certeza,
ese espacio que sólo esa amistad
que construimos
me hace sentir.
Probablemente,
a él le pase con todas las amistades,
con otras personas con las que se topó,
pero a mí no.
A pesar de arriesgar todo
cuando creo en algo,
me cuesta crear la atmósfera,
la bendita complicidad,
donde habita Dios,
ese sabor a dulce de leche
y a Cielo,
a confianza y lealtad
que sólo siento en la amistad plena.
Quiero pensar que nada se quebró,
sólo la contingencia y la vida adulta nos pasó la cuenta,
sólo la apatía de la rutina nos embruteció 
y nos puso de cabeza,
nos estructuró y dejamos de ser.
Quiero que sepas que,
hoy,
y no sólo hoy,
necesito de tus energías,
de tu ironía,
de tu humor negro,
y detrás de todo ello,
tu bendita gratitud.
Te extraño.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Comienza mi vida

Cuando comencé esta idea,
siempre impulsada y acompañada por mi madre,
no sabía cómo sería el final,
ni sospechaba el camino que debía andar, 
sólo tenía la certeza de que junto a mi mano
habían otras que me sostenían.
Esas manos ayer se reunieron
para celebrar el término de este primer paso,
que no sólo es mi triunfo,
sino de todos quienes abrazaron mi camino.
Los desafíos no se detienen,
sólo cierro el compromiso realizado hace cinco años,
agradeciendo lo que ha provocado en mí,
pero también lo que contribuido en él.
El resultado de esta carrera ha sido aprendizaje puro,
pero no sólo académico,
sino también en lo espiritual, en lo social,
he podido comprobar hasta dónde soy capaz de llegar,
quienes valoran mi compañía y han permanecido en la amistad,
y son ellos quienes me recuerdan que estoy viva.
No sé dónde seguiré dejando mi huella,
en qué espacio (des)gastaré mis energías,
pero sí tengo la certeza de que mi vida comienza hoy,
pues soy el producto de la ingeniería 
hecha por la voz de mi madre,
la entereza de mi padre,
la compañía de mis hermanos, 
la empatia y el bálsamo que significa la amistad.

Gracias por hacer de mi vida un lugar 
donde - a pesar de las adversidades- 
me quiero quedar para seguir siendo yo.
Titulada, licenciada y llena de vida.



domingo, 16 de noviembre de 2014

Continúa el duelo

 Sé que no elegimos vivir esto.
Que probablemente sea parte del puto azar que es la vida.
Quizás qué significancia le des tú, mis hermanos y yo,
pero de algo estoy segura:
nos está comiendo vivos.
Lo merezcamos o no,
lo padecemos, lo vivimos y nos desgarra el corazón.
Desde el comienzo quise arrancar,
me pregunté un millón de veces
¿por qué yo - María Olga, la menor de 4 hermanos- tenía que vivir
y revivir estos todos los días, mientras mis hermanos armaban sus vidas?
Aún me lo pregunto,
pero ya entiendo más cosas,
le dí sentido a toda esta mierda,
pero me sigo atrapando cada día más.
Nos ha tocado presenciar los episodios más macabros de la historia,
alejado de toda alegría que supone estar vivos,
que nos han llevado a pensar las peores cosas de un ser que se va alejando cada vez más.
El padre que yo tuve, ya no está.
Y, claramente, no es el mismo que tuvieron mis hermanos,
cada uno lo vivió de manera distinta,
algunos admirándolo, silenciando cada palabra de objeción,
otros, reprochándolo o más bien, interpelando sus ideas
equívocas de la vida, las mujeres o simplemente el emprender.
El perfil que yo tuve de papá se desintegró casi en su totalidad,
la persona con la que vivo - y no deseo vivir - es un flaco desgarbado,
que lucha por no estar completamente ausente de la realidad que lo ataca
y que lo atacó cuando era muy joven.
Aunque mi madre me reproché lo que pienso,
él decidió enfermarse con cada uno de sus silencios,
y eso no dejaré de pensarlo jamás.
Ese hombre inquieto, perdido, despistado y dependiente de mi mamá,
me la quitó a ella también.
Esa mujer llena de fortaleza - que aún la mantiene -,
dejó de ser madre en plenitud para convertirse en esposa-madre de mi papá.
Hemos perdido todos y cada uno de los momentos que disfrutábamos,
pues hoy una invitación a tomar un café a 15 minutos de casa es un imposible,
porque mi padre la requiere las 36 horas del día - no 24, 36-.
No me oye, no me ve, no somos capaces de construir pequeños espacios de alivio,
donde no exista esa puta enfermedad que odiaré con mi vida,
hasta que deje de existir.
Sólo sabe que puede contar conmigo,
pues estaré con ella por siempre.
Luego de la reducida conversación de hoy,
siento la necesidad de no estar, de largarme lejos con todas mis cosas.
Quisiera decir que no estoy arrancando, 
porque sería capaz de quedarme por la salud de mi madre,
pero no quiero morir hundida por la mierda que esto significa.
Quiero y necesito salir,
estar lejos - lo que más pueda mi piel -,
estudiar y seguir estudiando - porque la puta reforma me comió la carrera -,
construir mi vida desde cero,
andar y cimentar otros caminos,
abrigarme en otros abrazos 
y por fin,
vivir este duelo eterno.

Sólo pido a Dios que guíe lo que emprendo,
que mis planes se realicen para alejarme de este lugar
y poder mirar todo con perspectiva,
con el corazón más tranquilo
y al fin respirar.

Lo deseo.
Lo necesito.

lunes, 29 de septiembre de 2014

No cumpleaños.

Me considero lo no esperado.
Nunca estuve en los planes de mis padres,
pues si bien quería una niñita,
la "fábrica" se había cerrado con mi segundo hermano.
Desde ahí, soy lo no esperado.
Si bien mi madre anhelaba una "niñita",
no soy lo suficientemente femenina,
los garabatos me salen de la boca,
así como los deseos que tengo guardados.
Aprendí a golpear y lanzar escupos
con mis muñecas de la mano,
jugué a la pelota,
le pegué patadas en el cuelo a mis hermanos,
me defendía de todo aquel que intentará invadir mi espacio
y tantas cosas que no suelen hacer las niñas.
Fui (y sigo siendo) una hinchapelotas,
pasé parte de mi adolescencia discutiendo,
creciendo entre mi mal genio y lo que los demás decían de mí.
Me reconozco lo no deseado,
pero lo aceptado o casi aceptado.
Gran parte de nuestro carácter es constituido por lo que los demás dicen de nosotros,
pues los otros actúan como espejo,
como aquella imagen diluida de lo que somos.
Si me creyera todo esto, sería algo así como:
una pendeja con coraza,
extremedamente preocupada de su familia
(a veces pienso que cruzo el límite),
amante de la pedagogía,
solitaria y viajera,
etérea e insoportable,
esperanzada de la desesperanza,
política y gritona.
Quizás sea eso, pero sin duda soy más.
Hoy descubrí que la nostalgia me invade, me come y me devora,
que las ganas de no estar han vuelto,
que la incertidumbre se avecina y se queda,
que necesito que me recuerden cosas esenciales,
que si bien Dios no me abandona, dudo de mis capacidades,
que soy experta en tener amigos en la lejanía,
que desearía ser menos preocupada.
que deseo que la suerte hoy me toque a mí.
A un día de mi cumpleaños confieso que la vida no parece tan aterradora como antes,
pero sí me produce una completa incertidumbre,
aunque me sustente en el amor que siento,
aunque tengo dos gordas que amo a lo lejos,
aunque esté segura de mi vocación,
aunque desee con las entrañas ser feliz,
aunque sé que las fuerzas no se acaban hoy.
Feliz cumpleaños para mí,
para mi puta manía de esperar de los demás lo que yo doy,
para mis ganas de estar lejos y volver a empezar,
para mi camino andado y todo lo que queda,
para mis padres que fueron causantes de mi vida.

¿Tres deseos?
1. Aceptarme: mi historia, mis miedos para no culparme, ni sobreexigirme.
2. Viajar: caminar lejos o cerca, estar en movimiento, conocer y jamás quedarme inmóvil.
3. Amarme: darme tiempo, escucharme, ser yo.

¿Tres agradecimientos?
1. A Dios: por todo aquello que no elegí, sino que Él me eligió.
2. Amigos: los elegí, pero también chocamos en el camino.
3. Sentirme extremadamente afortunada.


martes, 9 de septiembre de 2014

Respiro

Septiembre siempre me ha parecido maravilloso,
no sólo porque contiene los días más festivos del año, 
ni porque es el mes en que llegué a la vida.
Sino más bien,
por lo que provoca en las personas,
aunque sea momentáneo,
etéreo, intangible, breve, acotado.
Simplemente, Septiembre tiene mística. 
A pesar de ello,
este mes trae mi peor etapa del año,
donde las energías andan por el subsuelo,
mis defensas también
y el ánimo no repunta.
La puta enfermedad que invade la familia,
sumado al carácter de mierda de mi padre
me tienen entre las lágrimas y la ira,
la resignación y las ganas de correr.
Además, mi espalda no da una,
el trabajo aumenta y no disminuye,
aunque me enamore a diario
y mis alumnas y alumnos son pura luz.
Quiero descansar.
Disfrutar del silencio
y del rebote de las olas del mar en la arena.
Dejar de oír la misma voz monótona
de la enfermedad de mierda que odiaré toda mi vida.
Dejarme acariciar por las manos de Dios,
entregarme a su camino,
a su plan perfecto,
a su bendita luz.

"la sensación de querer tocar,
esa magia que existe en el cielo.
La libertad de poder volar
a dónde quiera,
sin prisa y sin miedos"



viernes, 25 de julio de 2014

Canción que acuna.



Ella pinta simple la razón del día 
Ella busca dentro de mi anatomía 
Y siempre me encuentra 
Con el alma inquieta 
Y abre toda poesía 
Y me regala una flor 
Un rayo de luna 
Una mano blanca 
Que me agarra fuerte 
Y del barro me saca 
Y me limpia con la magia 
Que desprende de su voz 

La canción es amor, 
Es desencuentro, es desgarro 
Y desenfreno 
De la más pura pasión 
Humedad de los ojos 
Más sinceros 
Fuerte nudo en el pecho 
Del que da su corazón 
Laralalarira lararaira 

Es la melodía 
Que en mi mente vuela 
Cuando estoy perdido 
Cuando no me encuentro 
Me devuelve a la tierra 
Acunándome 

Y cuando me abraza 
Mueve mis sentidos 
Y mi sangre hierve 
En mi cuerpo encendido 
Y me siento libre 
Naciendo de nuevo 
Y tomando mi camino 
Con más fuerzas que ayer 

La canción es amor, 
Es desencuentro, es desgarro 
Y desenfreno 
De la más pura pasión 
Humedad de los ojos 
Más sinceros 
Fuerte nudo en el pecho 
Del que da su corazón 
Laralalarira lararaira.


¡Así, tal cual!

jueves, 17 de julio de 2014

Al inicio (de nuevo).

Cargaba (y cargo) con una historia,
como todos.
Mi cuerpo pedía a gritos piel,
pero no sólo piel, sino amor.
Me crucé con unos ojos que no correspondían,
como otros que esquivé en el camino.
Me negué a la posibilidad
y llena de vergüenza,
opté como muchas otras veces
a la simple amistad.
Esta vez no fuí yo.
Fue el otro.
Me vió y ya.
Yo me dejé.
Me entregué.
Me banqué TODO.
Me llené hasta el cuello,
teniendo claro que era yo quien debía marchar,
algún día.
Ese día viene apareciéndose hace rato.
La decisión la tomé,
a pesar de las diversas conversaciones,
no hay más qué hacer.
Volver al inicio
y retomar lo que debió ser una amistad.
Haciendo el balance:
desde los ojos más juiciosos,
fue una decisión estúpida, mala, inmoral,
de poca autoestima,
una relación mal hecha,
y más.
Desde mí y mis entrañas:
sí, fue una decisión estúpida desde el inicio,
pero yo quería vivirla tal y como venía.
Ya sea por la curiosidad o por la estupidez
que me embarga desde años,
qué se yo,
pero ya está.
Saldré dolida de esta y de cuántas relaciones más,
sólo me quedo con la sensación de que hay más
vida y un millón de posibilidades para ser feliz
a pesar de la enfermedad y las responsabilidad.
Me quedo con la sensación de que el amor
es cosa de azar, de suerte, de racha,
y me siento re lejos de eso,
no sólo hoy, sino que siempre.
Y de ahí decantan todos mis temas tabú.
Anhelo no volver a la coraza,
anhelo irme lejos una vez más
(han vuelto mis ganas de estar lejos),
anhelo correr y no volver a pronunciar nombres
por un largo rato,
anhelo aplacar el deseo de llamar y saber,
admiro mi voluntad para seguir adelante
y no autoflagelarme por el deseo de estar.
Hoy no quiero permanecer.
Hoy no quiero quedarme.
Hoy, deseo que la suerte me toque a mí.


martes, 8 de julio de 2014

La enana más gigante

En unas horas se cumplen dos años de tu llegada.
Jamás pensé la inmensidad de tu ser.
Tu luz vino a romper con los miedos, 
a hacerme creer que hay cosas que tienen sentido,
a no temer por el dolor de la caída.
Significas tantas cosas y sólo tienes dos años.
Desde que te abracé entre mis brazos hasta hoy
la mirada se me empaña,
caen lágrimas en mis mejillas
y me siento afortunada de nombrarte
y sentirte parte de mí.
Eres luz,
energía pura,
armonía 
e inmenso amor.
Eres la sonrisa de tu tata,
las últimas esperanzas que él tiene en la vida,
eres la energía y el amor verdadero,
eres la valentía hecha carne.
Con tu existencia entiendo tantas cosas
y tengo certeza de otras:
sé que aún se puede amar,
que las caídas valen la pena,
que la vida se sigue proyectando,
me convenzo que la familia lo cura todo
pues en tu abrazo con euforia se calman todos los dolores.
Nadie puede evitar todo lo que vivirás,
pero ten certeza que aprenderás siempre,
que hay miles de personas importantes en la vida 
y otras que serán pasajeros,
pero nada se compara a la familia.
Deseo que crezcas llena de sueños,
que jamás dependas de otros para cumplir lo que anhelas,
que bailes y jamás ocultes tu luz.
Eres gigante.
Eres armonía.
Eres luz.
Eres vida.
Te amo más que el día en que naciste,
porque me has enseñado lo que no he aprendido en veinticuatro años.

domingo, 22 de junio de 2014

Contigo

Hacer apologías sin tener un rostro,
un nombre, una voz,
un cuerpo,
un sabor,
un olor,
un sentimiento
a quien dedicárselo,
no tienen sentido.
Desde pequeña reconocía su olor en cualquier parte,
sus pasos tenían un sonido particular,
era la más bonita del mundo
y a quien quería y necesitaba inmortal.
Hoy, las cosas han cambiado.
Sólo tengo más motivos para amarla,
admirarla, disfrutarla
y sentir que las cosas tienen más sentido con su presencia.

Desde su vida,
desde su experiencia 
y su maravilloso corazón,
hay tanto que entender y amar.
Hay tanto que comprender
y sólo seguir amando.
¿Qué más podemos hacer?
Sabemos que el panorama no va a mejorar,
y sus ojos lo expresan.
Pero estamos y estaremos siempre juntos,
intentando que la vida siga teniendo sentido,
que las horas y las frases repetidas
no se agolpen en las paredes.
Con ella, junto a ella,
en sus brazos,
a su lado,
con su olor:
todo tiene sentido.
Soy la pendeja más afortunada.


domingo, 1 de junio de 2014

Caida libre.

Todos los días intento respirar para no ahogarme.
Dejar que las cosas "pasen"
y no atarme a lo que daña y quema.
Hoy no pude.
Tengo un nudo en el pecho
y no puedo deshacerme de él.
La puta rutina me comió las ganas,
las energías y el amor por lo que hago.
Se tragó mi corazón,
para devolverme un mar de lágrimas 
y sólo una esperanza.
Quiero correr lejos,
darme a la fuga
y encontrar un abrazo que cure esta angustia,
que me dé el consuelo que necesito,
que apacigue mis deseos de no estar,
que le dé sentido a esto
y me devuelva el sabor.
Todos son de la idea que la enfermedad nos elige,
pues yo creo que nosotros somos responsables de ello:
las decisiones tomadas en la juventud
repercuten alguna vez.
Y en esta oportunidad
nos estalló en la cara a todos.
No puedo elegir por otros,
pero tampoco puedo - hoy - elegir por mí.
Desearía elegir no escuchar,
no sentir,
no estar,
no presenciar,
no ser herida,
no ser olvidada,
no ser violentada,
no ser aplastada,
no ser humillada,
no ser ignorada,
no ser arrojada.
Busco esa bocanada de aire,
ese respiro,
ese abrazo,
esa esperaza escondida.
Deseo saborear la alegría de la vida,
volver a comprometerme con lo que creo,
trabajar por mis sueños y alcanzarlos,
recobrar la energía de mi juventud.

"A nadie le será dado saborear la alegría de la vida
sin que comprometa en ella toda su persona"
 

domingo, 4 de mayo de 2014

Fresca y feliz.

Había perdido la hermosa sensación de sentarme a acariciar estas hojas,
a dejarme llevar por alguna sensación que me persiga
y me traiga loca.
Lo que me está sucediendo es inexplicable para un par de hojas en blanco, 
para un par de frases saliendo de mi boca
y perdiéndose en el aire.
Simplemente, mis ojos brillan en plenitud.
Quizás me cansé de cargar una armadura tan pesada por largos años,
me aburrí de no involucrarme y de hacerme la ruda con todos, 
o quizás el abrazo masculino y su olor me hicieron dejar caer toda defensa
y me miraron de frente sin ganas de arrancar.
Es todo tan inexplicablemente dulce y cómodo.
No hay palabras sin sentido,
no hay espacios vacíos,
no hay incomodidad,
y lo más importante:
no hay armadura entre su cuerpo y el mío.
Cuestionable resulta pensar cómo llegamos hasta aquí,
teniendo en cuenta las condiciones que cargamos aquí y ahora, 
insólito reflexionar qué estamos haciendo
o esperandamos que pase cuando las complicidades se unan más, 
cuando - como hoy - quiero que estés más aquí que en cualquier lugar.
Culpemos a la vida, 
a las coincidencias tardías 
y a los años que demoraron tanto este encuentro
y nos provaron de sentirnos cómplices.
Me viste y me miraste más allá de mis complejos discursos defensivos
- de la boca hacia afuera -,
supiste leer todos los gestos que mi rostro intenta ocultar,
uniste cabos sueltos para entender lo que muchas veces escondo
y supiste despejar mis matices más opacos para encontrarte con mis ojos.
Quiero quedarme, permanecer, proyectarme y volverme loca.
Quiero saborear la complicidad y la ternura a diario, 
olvidándome de las condiciones que nos trajeron aquí.
Pero...

- Ya colgué mi armadura en tu portal -
- No hay nada en mi cuerpo que no hagas vibrar - 
 

domingo, 26 de enero de 2014

Sé que puedo.

Quiero trabajar.
Ya quiero comenzar.
Este viaje sella todo el camino recorrido,
pero además me abre al mundo,
me da ese respiro de solvencia que necesito,
la bendita certeza de poder hacer lo que quiera,
todo aquello que alguna vez soñé,
lo puedo alcanzar.
El viaje del martes es el inicio de todo,
pero el término de mi vida universitaria,
del esfuerzo de cinco años
que acaba con la nota máxima.
A pesar de los contratiempos,
de las bajadas y subidas del "avión",
yo me quiero quedar allá.
Comenzó como MI SUEÑO,
y aunque acepté la mejor de las compañías,
ésta vez haré un viaje un silencio,
pues tiene que ver con un proceso interno,
con el cambio de piel,
con el cambio de estación,
con pararme por primera vez sola,
sin tomarle la mano a los papás para salir,
sino valérmelas solas.
El inicio de todo.

Seguiré planeando.
Más allá de mis vacaciones,
más allá de mi perfeccionamiento,
más allá de mis deseos.
Planear LA CERTEZA.

martes, 14 de enero de 2014

FIN.

Indudablemente tenía que llegar esta parte del camino: el final.
Aun cuando no logro asimilar lo recorrido,
los cambios, las transformaciones, los nuevos rostros,
los miedos, los sueños trazados, las amistades,
el compromiso, la vocación, las ganas de estar,
el trabajo, el esfuerzo, la dedicación,
el amor, las enfermedades, los desafíos,
las derrotas, las lágrimas, el dolor,
el aprendizaje, y el entendimiento.
Es difícil comprimir todito eso,
los sentimientos y aprendizaje de estos cinco años
en una sola palabra.
Mi cuerpo, por su parte,
comienza a somatizar, a actuar sin avisarme,
a gritarme que baje un cambio,
que debo estar tranquila y confiar.

Mientras,
la presión de buscar trabajo se apodera de mí
(más presión para mi cuerpo),
las ganas de saltar a la aventura,
a vivir sola,
a rascarme con mis uñas,
a mirar desde fuera,
a ayudar desde lejos.

El final de este camino,
el comienzo de MI VIDA.
En tus manos estoy.

Somos