No le tengo miedo a las despedidas,
siempre sé que me convertiré en un mar de lágrimas
mientras me abracen o vea a mi madre
quebrarse en brazos de mis hermanos
Hace tiempo que no lloraba tanto,
la semana se me fue entre los dedos,
las caminatas, las risas y las conversaciones,
el olor a sus perfumes
y sentir cómo se mueve esa guagua
con nombre y tan amada
Mientras mi mamá se encierra en el baño a fumar
yo me quedo escribiendo, fumando y llorando
a la vez
¡hace tanto que no lloraba!
Una despedida como la mayoría:
en la puerta de la casa,
al anochecer,
con mucho frío,
con lágrimas y la voz cortada,
con ganas de detener el reloj y las responsabilidades,
con ganas de acortar las distancias por unos meses
y quedarme en ese abrazo con guata
Aquí estoy,
en la pieza que fue suya por una semana
y será de ustedes tres para siempre,
sin las maletas ni los bolsos,
sin el dinosaurio con música,
ahora con un cigarro prendido
y llena de lágrimas.
¡Los amo!
JULIO: ¡VEN PRONTO, NO DEMORES!