domingo, 26 de enero de 2014

Sé que puedo.

Quiero trabajar.
Ya quiero comenzar.
Este viaje sella todo el camino recorrido,
pero además me abre al mundo,
me da ese respiro de solvencia que necesito,
la bendita certeza de poder hacer lo que quiera,
todo aquello que alguna vez soñé,
lo puedo alcanzar.
El viaje del martes es el inicio de todo,
pero el término de mi vida universitaria,
del esfuerzo de cinco años
que acaba con la nota máxima.
A pesar de los contratiempos,
de las bajadas y subidas del "avión",
yo me quiero quedar allá.
Comenzó como MI SUEÑO,
y aunque acepté la mejor de las compañías,
ésta vez haré un viaje un silencio,
pues tiene que ver con un proceso interno,
con el cambio de piel,
con el cambio de estación,
con pararme por primera vez sola,
sin tomarle la mano a los papás para salir,
sino valérmelas solas.
El inicio de todo.

Seguiré planeando.
Más allá de mis vacaciones,
más allá de mi perfeccionamiento,
más allá de mis deseos.
Planear LA CERTEZA.

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