viernes, 18 de diciembre de 2015

Chau compañera.

Buscar el recuerdo más antiguo,
quizás el primer día que llegaste a mis brazos, 
y que no supe si hacerte dormir conmigo
o en el patio.
A lo largo de trece años,
crecí contigo.
Compartíamos el proceso de hacernos mujer,
de seleccionar a quienes nos acompañarían el resto de la vida,
quienes había que ladrar
y con quienes podíamos ser en plenitud.
Sin duda,
me enseñaste a amar sin condición,
a perdonar porque nos hace mejores personajes,
a abrazar siempre, sin importar la fecha,
a alegrarnos por salir a pasear juntas.
Perdonaste cada uno de mis errores,
mis faltas de compromiso 
y mi cansancio habitual.
Porque sí, amar es perdonar y crecer.
Gracias por venir a invadir mi vida
y enseñarme tanto,
por tener carácter 
y no dejarte acallar.
Gracias por acompañar la mitad de mi vida
y hacer de cada espacio un momento que recordar,
porque crecimos juntas.
Chau compañera,
nos veremos cuando Dios diga, 
para comer plátanos y ladrarle a Michello.
Te amo más allá de las estrellas.


domingo, 15 de noviembre de 2015

Elegí ser feliz.

Estos últimos he entendido aquella idea lejana,
esa que la gente siempre repite
"tú decides ser feliz y cómo ves la vida".
La pucha que es cierto.
Aún cuando en mi caso, 
la enfermedad de papá,
el poco profesionalismo
y el dolor de otros
me afecten como si los sintiera en mi vientre.
Cuesta entender esa idea,
cuesta abrir el corazón y los ojos,
mirar de frente y decir "deseo ser feliz frente a todo,
me comprometo con mi vida,
a vivirla y disfrutarla,
a saborear cada ilusión
y amar sin límites".
Es mi intento diario,
mi deseo ferviente de tocar la felicidad con los dedos,
de que todas y cada una de las decisiones tengan sentido
y estén vistas desde los ojos de Dios.
Que el fracaso más grande,
sea la oportunidad más certera de ser feliz.
Así quiero mi vida,
feliz hasta en el dolor más grande,
porque sé que las oportunidades se deben tomar,
y abrazar.
Me doy la chance de ser feliz con lo que tocó,
pero también con lo que decidí,
con lo que elegí
y con lo que me fue dado.



domingo, 27 de septiembre de 2015

.-

No quiero compasión
Lo que deseo es gritar a los cuatro vientos
que la vida es una mierda.
Me cansé de mirar el vaso medio lleno,
porque solo está lleno de dolor y de llanto,
de cansancio y pocas energías,
de estancamiento y ahogo.
Me cansé de entender todo,
de comprender,
de guardar silencio,
de aguantar y quedarme.
Ahora sí,
quisiera ser uno de mis hermanos
con su vida resuelta,
con todos sus planes hechos fuera de casa,
con su sueño tranquilo
y en sus casas silenciosas,
con el cansancio por el trabajo
y no por la enfermedad,
con los ojos hinchados por haber dormido mucho
y no por llorar de impotencia.
Quiero que las horas de la noche se multipliquen,
para no volver a despertar en días,
que esta maldita agonía se acabe,
que algo por fin me mate para dejar de sentir.
Quiero ser invisible,
insensible,
desvanecerme sin dejar huella,
porque no existe refugio,
no existe espacio en el que deje de sentir este dolor,
No me pidan que piense en ser feliz,
en que alguien me salve de esta mierda,
porque luego de este ejemplo,
no estoy de acuerdo en compartir la vida con nadie,
no deseo embarcarme en sueños que no me pertenecen,
ni mucho menos en que otro cargue mi historia.
Mi deseo es no vivir más esta mierda,
que mi madre recobre energías para tomar decisiones
y viva en plenitud.
Quiero dejar de llorar los domingo por la mañana
y esquivar su encuentro,
quiero y deseo tranquilidad.

Alguien que cuide de mí
que quiere matarme
y se mate por mí. 

martes, 25 de agosto de 2015

Gris y amarga vida.

La temática es recurrente.
Llevo semanas haciendo las cosas mal,
equivocándome,
siendo reprochada,
me han llamado la atención
y mi cuerpo lo ha resentido.
Una vez más he pensado en esconder mi cabeza,
largarme a llorar,
y no salir más.
Como cualquier persona infeliz,
he pensado en la puta idea de crecer,
¿a quién carajo le gusta ser mayor,
adquirir responsabilidades,
estar expuesto al comentario del resto,
y usar armadura para no ser herido?
¡A la mierda!
A nadie le gusta eso,
y el que diga que sí,
miente descaradamente.
La vida nos obliga a crecer desde temprana edad,
nos expone a todo dolor,
a toda situación que requiera pararse y luchar,
sin medir consecuencias o heridas.
Sí, claramente estoy viendo el lado más gris de la vida,
y lo hago porque todo el mundo se encarga de crear frases hermosas,
con el único fin de conformarse con la mierda de vida.
Nos dicen ser luchadores por soportar una enfermedad que nos pudre el alma,
nos dicen buenas personas porque no decaemos,
dicen admirarnos, 
mientras nosotros queremos desistir.
Digan lo que quieran,
amargada: sí,
negativa: sí,
infeliz: sí,
pero porque no me conformo,
puteo y maldigo,
reprocho y me hundo,
porque esto no es lo que soñé cuando pendeja,
cuando todos deseamos crecer para "llegar a ser".
No quiero llegar a ser nada,
quiero ser feliz,
que alguna vez las cosas salgan bien
y deje de equivocarme
y de agachar la cabeza.
Eso me tiene podrida por dentro
y mi cara no sabe mentir.

Todos los años la misma sensación.
Y vuelta a sentir vacío dentro
e incomodidad por fuera.

jueves, 13 de agosto de 2015

Permanencia en mí

Hay pensamientos constantes en mi cabeza,
no se quieren ir,
me siguen.
Nada nos pertenece,
aunque insistamos anteponer el posesivo
a todo lo que consideramos nuestro.
No existe "mi" mamá, sino "la" mamá,
así como tampoco, nuestras posesiones.
No mos pertenecemos,
no somos de nadie,
ni nadie es nuestro.
Lo triste de esto es saber que abrazamos
a otros sin poder quedarnos,
pues el otro siempre será egoísta,
siempre antepondrá su vida a la de los demás.

¡Bienvenida infinita permanencia en mí!

domingo, 21 de junio de 2015

=(

No sé vivir
Hace semanas, quizás meses, me cuesta sonreír
Los domingos son iguales,
mis ojos se llenan de lágrimas, 
mis energías no se renuevan,
y las horas avanzan a pasos agigantados.
No doy más.
Aunque los brazos de mamá 
calman en alma,
sé que mi piel,
mi sistema nervioso
y mis entrañas
no dan una más.
No sólo necesito vacaciones,
sino planear mi vida FELIZ.
Vivir sin miedo a equivocarme,
volver a reír a carcajadas,
volver a pensar en mí.
¡Cómo carajo se puede ser permanentemente feliz!

Apestada
Opacada
Desganada
Desgastada
Chata


domingo, 7 de junio de 2015

¡Lo soy!

Culpable.
Culpable de ser la menor.
Culpable por haberme equivocado.
Culpable por querer hacer mi vida,
y no poder.
Culpable de querer irme lejos,
Culpable de ser hija de una mujer aguerrida
y llena de vida.
Culpable de sobrellevar la enfermedad
de mi viejo,
hasta las entrañas.
Culpable de soñar mi vida.
y de no vivirla.
Culpable de sentir miedo,
antes de emprender.
Culpable de sentir envidia.
Culpable de no querer trabajar.
Culpable de querer enfermar para descansar.
Culpable de querer hundir la cabeza como un avestruz.
Culpable de querer ignorar.
Culpable de querer maldecir.
Culpable de querer arrepentirme.
Culpable de flaquear.
Culpable de correr.
Culpable de guardar silencio.
Culpable de quedarme sentada.
Culpable de sentirme insatisfecha.
Culpable de vivir lo que vivo.
Culpable de amar al gordo,
como si fuera mi gemelo.
Culpable de querer otra vida.
Culpable gritar en silencio.
Culpable de amar las vacaciones,
más que la vida misma.
Culpable de vivir amarrada a las ilusiones.
Culpable de sabotear mis amores.
Culpable de odiar los lunes,
martes, miércoles y jueves.
Culpable de tener los amigos en el extranjero.
Culpable de ser selectiva.
Culpable de rodearme sólo de los mejores.
Culpable de sentir que no vivo ni la mitad de mi vida. 

sábado, 9 de mayo de 2015

Vivir distinto.

Vivimos la vida esperando que llegue ese momento.
Casi que, se abra el cielo y Dios nos hable,
y nos presente el camino a recorrer. 
Vivimos la vida pensando en cuántos hijos tendremos,
cuál es el propotitpo de la persona que nos acompañar el resto de la vida,
cómo será la casa y cuántos perros correrán en el jardín.
Cuáles serán las vacaciones,
qué amigos nos acompañarán el resto de la vida
y qué nombres tendrán los cachorros.
Yo no puedo.
Me declaro fuera de esta norma.
Con suerte pienso en mi próximo viaje,
en cómo carajo vamos a sobrevivir a la enfermedad de mi papá
- porque al contrario de mis hermanos, yo no puedo irme a la mierda
a "hacer" mi vida y dejar que la piel de mi madre absorva todo -,
qué seguir estudiando, o cómo tener algo de tiempo libre.
Qué leer en el próximo mes, qué amigo me decepciona o quién se vuelve
en un pilar pa' seguir adelnte. 
Qué sueños podré cumplir,
qué color de esmalte no tengo,
qué remedio será mejor para papá,
Me tocó una vida distinta,
pero a pesar de aquello intento que cada día tenga algo de mí,
que mi vida no se pierda en una enfermedad malparida, 
Busco esa canción,
ese olor,
esa sensación, 
esa certeza
que me devuelva la vida todos los días.

No me quedo estancada,
de todas maneras hay que vivir. 




sábado, 28 de marzo de 2015

.

Cuando nos invaden situaciones de dolor,
lo demás se nubla,
se opaca, 
no existe,
se bloquea. 
Intentamos cumplir con la vida,
lo laboral,
lo cotidiano,
lo exigente,
pero nuestro corazón y nuestra cabeza
está allá,
donde están los nuestros.
La mayoría de estos instantes son inmanejables,
ideamos un plan para estar presente en todas partes,
dando lo mejor de uno para los demás,
pero con la idea certera de que debemos permanecer.
Ayer, volé.
No estuve.
Mis estudiantes me vieron, 
pero yo no quería estar ahí,
quería estar con los míos,
abrazar a mi madre,
escucharla y sentirla,
lagrimear juntas y plantear (planear) la vida de ahora en adelante.
Abrazarla y sentir que es inmortal,
que es la única que me queda,
que Dios ha llamado a mis abuelos
y a mis dos tías,
que nuestra familia es pequeña a pesar de la maternidad,
que daría mi vida por tu tranquilidad.
Con la respiración agitada y las lágrimas saltando de mis ojos,
intentando que la serenidad se apiade de mi corazón,
que el abrazo de mamá calme todo el dolor
y me dé la canche de volver a sonreír.
A pesar del susto,
de la enfermedad de mi padre,
de la pérdida de mi hermosa madrina,
Dios me da motivos para volver a creer,
para querer lanzarme a la aventura,
para sortear lo que venga y querer vivir mi vida.

"Corre a mis brazos, te abrazaré
Toca mi puerta y yo te abriré.
Ven a mi casa, te recibiré.
Tengo un lugar para tí, te esperaré.
Déjame amarte, abre el corazón
Conozco tu nombre y todo tu dolor,
yo doy mi vida por tu libertad.
Pérmiteme estar contigo en la eternidad"




martes, 17 de marzo de 2015

No vivir.

Nada nos pertene.
Nuestros padres nos acompañan,
pero no son nuestros.
Nuestros hermanos son compañeros en la infancia,
y casi siempre "conocidos" en la adultez.
Sólo pocos tienen la suerte de ser amigos 
de sus hermanos,
no es mi caso.
Hay muchas situaciones de la que no somos responsables,
somos espectadores de la mayoría de los sucesos que nos rodean,
no tenemos palabras, gestos, ni decisiones
que cambien el escenario,
no hay más que aguantar
con cuerpo, alma y piel.
Es increíble cómo un buen día se transforma con un par de noticias,
se ennegrece, se oscurece, se enfría.
Manos atadas,
lágrimas compartidas con la soledad,
incomprensión, dolor y decepción.
La vida nos convence de que no estamos preparados para vivirla. 
Y yo, no quiero vivirla así.


Rendida.

martes, 24 de febrero de 2015

EL silencio ruge.

Revolución de hormonas.
Revolución de sentimientos.
Revolución de sentidos.
Revolución.
Dolor.
Incertidumbre.
Odiosidad.
Silencio.
Omisión.
Resignación.
Abatimiento.
Tristeza.
Decepción con todas sus letras.
Indiferencia.
Ignorancia.


Somos