martes, 25 de agosto de 2015

Gris y amarga vida.

La temática es recurrente.
Llevo semanas haciendo las cosas mal,
equivocándome,
siendo reprochada,
me han llamado la atención
y mi cuerpo lo ha resentido.
Una vez más he pensado en esconder mi cabeza,
largarme a llorar,
y no salir más.
Como cualquier persona infeliz,
he pensado en la puta idea de crecer,
¿a quién carajo le gusta ser mayor,
adquirir responsabilidades,
estar expuesto al comentario del resto,
y usar armadura para no ser herido?
¡A la mierda!
A nadie le gusta eso,
y el que diga que sí,
miente descaradamente.
La vida nos obliga a crecer desde temprana edad,
nos expone a todo dolor,
a toda situación que requiera pararse y luchar,
sin medir consecuencias o heridas.
Sí, claramente estoy viendo el lado más gris de la vida,
y lo hago porque todo el mundo se encarga de crear frases hermosas,
con el único fin de conformarse con la mierda de vida.
Nos dicen ser luchadores por soportar una enfermedad que nos pudre el alma,
nos dicen buenas personas porque no decaemos,
dicen admirarnos, 
mientras nosotros queremos desistir.
Digan lo que quieran,
amargada: sí,
negativa: sí,
infeliz: sí,
pero porque no me conformo,
puteo y maldigo,
reprocho y me hundo,
porque esto no es lo que soñé cuando pendeja,
cuando todos deseamos crecer para "llegar a ser".
No quiero llegar a ser nada,
quiero ser feliz,
que alguna vez las cosas salgan bien
y deje de equivocarme
y de agachar la cabeza.
Eso me tiene podrida por dentro
y mi cara no sabe mentir.

Todos los años la misma sensación.
Y vuelta a sentir vacío dentro
e incomodidad por fuera.

jueves, 13 de agosto de 2015

Permanencia en mí

Hay pensamientos constantes en mi cabeza,
no se quieren ir,
me siguen.
Nada nos pertenece,
aunque insistamos anteponer el posesivo
a todo lo que consideramos nuestro.
No existe "mi" mamá, sino "la" mamá,
así como tampoco, nuestras posesiones.
No mos pertenecemos,
no somos de nadie,
ni nadie es nuestro.
Lo triste de esto es saber que abrazamos
a otros sin poder quedarnos,
pues el otro siempre será egoísta,
siempre antepondrá su vida a la de los demás.

¡Bienvenida infinita permanencia en mí!

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