viernes, 19 de diciembre de 2014

Amistad.

Nostalgia.
Sí.
Creo que así se llama.
Algo como eso,
mezclado con melancolía,
deseos de sentir esa calidez nuevamente,
esa certeza,
ese espacio que sólo esa amistad
que construimos
me hace sentir.
Probablemente,
a él le pase con todas las amistades,
con otras personas con las que se topó,
pero a mí no.
A pesar de arriesgar todo
cuando creo en algo,
me cuesta crear la atmósfera,
la bendita complicidad,
donde habita Dios,
ese sabor a dulce de leche
y a Cielo,
a confianza y lealtad
que sólo siento en la amistad plena.
Quiero pensar que nada se quebró,
sólo la contingencia y la vida adulta nos pasó la cuenta,
sólo la apatía de la rutina nos embruteció 
y nos puso de cabeza,
nos estructuró y dejamos de ser.
Quiero que sepas que,
hoy,
y no sólo hoy,
necesito de tus energías,
de tu ironía,
de tu humor negro,
y detrás de todo ello,
tu bendita gratitud.
Te extraño.

No hay comentarios:

Somos