domingo, 29 de enero de 2012

¡Vivan los Garcés!


Ayer me dejé empapar una vez más por mi familia.

Me envolví en abrazos conocidas, en bromas añejas, en recuerdas que se dejan las mejillas húmedas de tanto amor, en frases que heredamos de los más viejos, en mañas y sabores que sólo las manos de la Gringa sabían fabricar, de los domingos en manada en la casa de los tatas, de los sueños de niñez que dejamos en el camino por optar por otros más reales, pero con sabor a Garcés.

Abracé al nuevo integrante de la familia intentando practicar para mi próximo sobrino, soñé con nuevos rostros y me pensé en unos años más, "¿estaré como mis primos?, ¿con familia, proyectos nuevos?" A pesar de eso, no dejé que los recuerdos me ahogaran y que los sueños tuvieron sabor a derrota, por mientras haré mi vida, trazaré proyectos, si se suman compañeros, bienvenidos serán.

Añoré juegos infantiles, gritos, burlas y crueldades típicas de la corta edad, en vez de eso la sobremesa se apoderó de las horas, la cerveza, el melón con vino eran acompañantes a nuestras conversaciones del recuerdo y de los proyectos que cada uno exponía en ese momento. Las fotos de los años 80' y 90' vinieron a recordarnos de dónde habíamos venido, qué cosas nos habían marcado, cómo habían cambiado tanto nuestros sueños y cómo la herencia de nuestros abuelos se hacía presente entre todos nosotros, hoy más que nunca.

¡Tremenda familia me dejaste Gringa hermosa!
Cuánto los recordamos ayer, evocamos sus nombres, sus dones y sus enojos.
Estuvieron presentes en esa mesa y especialmente con Clemente
Manchita aquí te espera una preciosa familia.

jueves, 26 de enero de 2012

Posibilidades


¡He tenido tremendas posibilidades!
A pesar del trabajo, las horas sin dormir, las noches cansadas, 
estar lejos de casa y de unas cuantas comodidades,
debo reconocer las posibilidades que se me dieron ahí.
Las risas, los abrazos, la complicidad, la amistad,
el deseo inmanente de seguir adelante sin importar qué mierda pasó antes,
las sorpresas, los colores, el mar y su inmensidad que tanto amo,
el viento que viene a desordenar todo y darme paz,
y los días planos que se vuelven un huracán de amistad.

Es por eso que siempre a la vuelta me viene un bajón 
por aquella sensación de vacío, pues estas paredes tienen otro sabor
que de a poco se cae a pedazos,
es por eso que los días en que reina la quietud y el silencio
mi cabeza comienza a trabajar y emitir dolorosos recuerdos,
donde no puedo escapar.

Mi refugio siempre ha sido el mismo,
esos ojos que me reconocen a lo lejos, que se caracterizan por su sabiduría,
esos abrazos que aprendí a dar en esta casa
y que jamás he confundido su calidez,
esas palabras que cuesta pronunciar, pero que son la verdad misma,
esos afectos inquebrantables, a prueba de balas,
a prueba de kilómetros y de distancia.
Ahí vivo, ahí vuelvo las veces que sean necesarias,
ahí están mis energías, mi aprendizaje y mis lágrimas.
¡De ahí soy!

lunes, 16 de enero de 2012

¡Agradecida!


Soy una convencida de que la vida nos da muchas oportunidades para crecer (aunque sea a porrazos), de aprender y formar lazos, pues sentirse acompañado y respaldado no tiene precio. Pero también nos da dósis críticas y exageradas de soledad y lágrimas, que gracias a Dios, luego se transforman en calidez y confianza fundamentada y arraigada.

Este fin de semana viví un poco de aquello. Me tiraron un balde de agua fría sobre mi cabeza, tuve que procesar demasiada información en unos minutos y armarme de valor para enfrentarlas, para dar explicaciones, opiniones y juicios de todo eso. Hasta que llegué a sentarme frente a un hombre que sabe leer mis miedos y debilidades, con él no puedo ocultarme entre mis convicciones o certezas, sabe llegar a la médula de mi dolor y estrujarme en lágrimas, todo esto con un solo objetivo: enseñarme a vivir. "Tú eres discursiva" - con esa frase me mató, me sentí desnuda, vulnerable, ya no tenía dónde esconderme, sólo pude decirle "gordo, ¡ayúdame!, ¿qué hago?" Aunque quería que me diera una receta justa, algo así como: "tómate un avión, te estará esperando un hombre delgado, de ojos profundos y transparentes, él te llevará a descansar y a sanarte, aprovecha el sol y la lluvia" Pero eso correspondía solo a mi deseo y a mi imaginación, pues sé que los procesos duelen hasta sangrar, para luego sanar lentamente. "Acepta que no vale la pena y jamás te cierres a amar" 

Una vez más sus palabras me dejaron tendida en el estupor, sin poder pronunciar una oración con sentido, sólo atiné a taparme el rostro con las dos manos y detectar cómo el dolor se apoderaba de mis entrañas y de mi pecho. Lo único en que pensaba era en "¿cómo?": "¿Cómo se hace?, ¿cómo se avanza?, ¿cómo se sigue?" Todo mi agradecimiento por sus palabras los sellé con un abrazo y un 'te quiero mucho' bien sentido, pues sé que es una de las pocas personas con las que no puedo fingir, no puedo ocultarme en un discurso sin fundamentos, ni riquezas. Con él soy.

Lágrima tras lágrima recordando el tema y tratando de cerrarlos también. La posibilidad de poder compartir las lágrimas no tiene precio, ver a mi madre con ojos cristalinos sufrir conmigo el dolor de la decepción y la rabia me hicieron sentir completamente acompañada, pero responsable de mis decisiones y "selectiva", aún más. Escuchar a mi hermano, a kilómetros de aquí, diciéndome "tú debes estar tranquila, sabes cómo eres" me confirmó su amor. ¿Cómo no estar agradecida?, ¿cómo desconocer el amor más grande que vivo?

Sí, soy consciente de lo que vivo, de los comentarios, de las caídas, del dolor y de las lágrimas, pero también soy testigo del colchón tremendo que jamás me deja de proteger, de las personas que me acompañan sin cansancio, de los abrazos, de las conversaciones y de la preocupación. El amor que vivo aquí no se compara con nada, ¡es el mejor regalo!

Con esto sé que nada me puede derrotar. 


jueves, 12 de enero de 2012

¡No pueden conmigo!


Hoy aprendí que no hay ningún comentario malintencionado puede conmigo
El amor de mi familia puede contigo
Sólo me dejo caer tus brazos
Sólo Tú

Somos