domingo, 23 de junio de 2013

No existo para él.

Ayer me rendí.
Me dejé caer.
Me vencieron.
La mochila me sobrepasó,
las energías no renovables se fundieron,
y estaba yo frente al mundo,
con los ojos llorosos,
y un montón de palabras para maldecir.
Me dejé en tus brazos,
que no se parecen a ningunos,
son tus palabras,
tus ojitos brillosos,
tus energías
y tu inmenso amor.
"la felicidad depende de tí"
No sé si me mató,
o me dio esperanzas para vivir,
aún lo pienso.
Me decidí
y me gané un sábado para mí,
me entregué a una invitación,
me preparé como nunca,
y bailé hasta el amanecer.
¡Qué carajo, si es mi vida!
Pero pasó algo que no tenía en mis planes,
porque lo había dejado atrás,
porque habían pasado meses,
pero ahí estaba.
Esas mismas palabras al viento
que tanto disfruto,
esa gracia en la punta de la lengua,
esas carcajadas compulsivas,
esa burla cómplice,
esa pérdida del ridículo.
¿Y qué hacer?
Disfrute todo los momentos,
hasta llegar a dormir al amanecer
y me cuestioné,
reflexioné
y me asusté.
¿Por qué carajo tengo taaaaan mal ojo?
¿Por qué carajo mis energías están puestas en personas equivocadas?
La estúpida sigo siendo yo,
mostrándome interesada,
sonriente,
y escuchando mil veces
"eres tan linda y amorosa,
cualquier hombre quisiera estar contigo"
Sí,
por eso estoy.

Azaroso, injusto,
como sea,
estoy.

Tiro la toalla,
la sábana,
mi ropa,
mis energías,
¡me cansé!

Aún así,
quiero salir a bailar
tooooooooooooooooooooodos 
los viernes y sábados.

miércoles, 19 de junio de 2013

Tantas cosas y sólo una persona.

Ni siquiera puedo hacer una metáfora de esta semana diciendo que me subí a una montaña rusa, y aún no me bajo, porque esta pelotudez no me suelta.
Podría decir que han sido semanas de mierda,
pero no lo han sido completamente,
más bien las enfermedades se me vinier encima:
desde mi papá, pasando por mi gato y luego yo.
Podría decir que todos los días las amistades me desilusionan más,
que intento respetar los ciclos de cada persona,
pero ¿cuándo soy yo la protagonista?
Hoy pienso en mí.
He intentado siempre eliminar cosas negativas,
pero están pegadas, 
se niegan a emigrar,
vuelven una y otra vez,
aparecen y desaparecen,
vuelven con una sonrisa
y se marchan con la boca llena de escusas.
Sí,
quiero familia,
amor, sonrisas, carcajadas,
planes, siestas,
lectura ociosa matutina,
música y baile,
amistad de verdad y permanente,
tiempo,
mucho tiempo para mí,
para crear mis propios problemas y no vivir con los de los demás,
mucho tiempo para hacer deporte,
mucho tiempo para (re)pensarme,
mucho tiempo para planear.
Quiero profunda tranquilidad y estabilidad,
olvidarme de la necesidad del dinero,
de la superficialidad del cuerpo
y las ganas que tengo de irme al carajo.
Quiero dejar de escuchar palabras repetidas,
frases hechas,
calmantes y vacíos,
prefiero el silencio ensordecedor.
Correr por la playa con mi cámara
y enloquecerme con el sonido de las olas
y el profundo azul allá donde se pierde la línea horizontal con el sol.
Tener la seguridad de esas vacaciones,
recorrer esas calles con el acento maravilloso pegado en la piel,
con la certeza de la diversión y la mierda bien lejos.
Aprovechar las oportunidades que se me presentan,
gracias a mi esfuerzo y trabajo,
a las noches de desvelo y las lágrimas de ansiedad y dolor.
Armarme de paciencia para afrontar los años que me queden a tu lado,
para aprovecharte y conversar unas cuantas veces el mismo tema,
recorrer historias que siempre escucho
y recordarte como hoy.

Quiero tantas cosas y sólo tengo las ganas y las lágrimas.
Sólo tengo la familia repartido
y los deseos de poner mi vida por delante de todo.
Sólo tengo el esfuerzo y las energías a medias.
Sólo tengo mis manos y mis capacidades
para cumplir cada uno de mis sueños.
Por lo pronto,
me deshago de la mierda,
de la decepción que me persigue desde que comenzó esta relación,
dejo todo el tiempo restante sólo para mí.
Y...
cuatro de diciembre te espero
¡te espero!

martes, 4 de junio de 2013

¡Uf!

Hace días que intentaba volver aquí.
Las múltiples responsabilidades me impiden el ocio,
la flojera y la "nada".
He vivido llena de preocupaciones,
cosas por cumplir,
sueño acumulado
y este dolor de cuello que cada día es peor.
No me quejo,
pero no me pidan tiempo,
porque no lo tengo.
Soy feliz ocupando la mente en otras cosas,
arrancando del miedo
y de encontrarme en el silencio,
aunque lo necesito mucho.
El último año de universidad se me ocurre trabajar,
no sé porqué las cosas no funcionaron antes,
sabrá Dios,
pero pucha que es rico saber que puedes
conseguir tus sueños a través del trabajo duro,
de los propios logros,
del cansancio.
Aunque tengo la emoción a flor de piel,
me den ganas de llorar por todo,
desde pensar en mi nueva/o sobrina/o,
hasta ver a un perrito en la calle.
Quiero llorar por mi cansancio,
por la distancia,
porque estoy en último año y nadie me avisó,
porque me encantaría aliviar las preocupaciones de mi mamá,
porque quiero romper mis miedos
y sanar mis heridas de años AHORA,
porque hay pocas certezas,
porque el tiempo no me alcanza
y necesito pensar en mí.

Sólo te agradezco a tí, Dios mío,
porque has sido tan bondadoso conmigo
y con mi familia.
Porque, aunque no te dejes ver, estás siempre.
Correré a tus brazos.

Somos