jueves, 30 de agosto de 2012

Mi cuerpo


Una vez más la enfermedad y los malestares
derribaron mi puerta y se quedaron conmigo.
El mareo, la debilidad, el desgano,
algo así como un estropajo andante:
no había más remedio que ir al médico,
no podía quedarme aquí. 
Una vez más la misma cara,
los mismos miedos,
la misma sensación de vulnerabilidad y desamparo,
¿cuánto más?

Además, 
la práctica I me estaba volando la cabeza
con la profesora guía más antigua del colegio
y sus miedos.
La soledad seguía pegada a mis sábanas
y el bruxismo me tenía más tensa que nunca
¿algo más podía pasar?

Hoy la sonrisa de mi doctora me tranquilizó,
"¿de qué te quejas, María Olga, si tienes todos los exámenes excelentes?"
Sólo me queda ser responsable,
entregarme a las flores de Bajh,
a la tranquilidad, la fe y la certeza.

"Quiere vivir una vida diferente cada día,
la Verónica mitad está en la flor de la edad,
pero está cansada de esperar.." 

jueves, 23 de agosto de 2012

Día negro



La certeza de que la tormenta llegará algún día me paraliza.
Días grises luego del calor de sus palabras.

Lloro porque mi papá se decidió a envejecer y lo hace con una rapidez que me asusta.
Lloro porque tengo las manos atadas.
Lloro porque mis palabras ya no son suficientes.
Lloro porque no soy capaz de vencer el orgullo.
Lloro porque un día él me dejó de hablar y yo lo dejé ir.
Lloro porque la Amanda crece a kilómetros de acá y yo, veo cómo pasa el tiempo.
Lloro porque estoy sola y me siento sola.
Lloro porque nunca quise crecer y aquí estoy.
Lloro porque hoy es un mal día.
Lloro porque no estoy feliz y no sé qué hacer.
Lloro porque quiero sonreír y no puedo.
Lloro porque no me siento bien y no sé qué chucha tengo.
Lloro porque no tengo ganas ni energías de vivir.
Lloro porque no tengo ganas de despertar.
Lloro porque tengo más rabia que nunca.
Lloro porque en algún momento dejé de ser importante.

sábado, 18 de agosto de 2012

No te vayas o mejor, quédate.

La tecnología nos acerca a quiénes tenemos más lejos y nos alejada de quienes tenemos más cerca. Gracias a esta herramienta he podido ver cómo crece la Amanda, sin viajar todos esos kilómetros que nos separan, he podido conversar cara a cara (pero sin tocarnos) con el Fabián, conversar temas densos y mirarnos a los ojos (de manera virtual). He podido hacerme presente de todas las maneras posibles que me permite esta herramienta, en la vida de quienes quiero y los tengo más lejos de lo que quisiera. Las teclas y la voz trasmiten todo lo que no somos capaces o no tenemos la posibilidad de decir cara a cara. Los dedos ticlean más rápido de lo acostumbrado, las canciones, las frases hechas, los "¿por qué no vives aquí?" ó "en este momento quisiera abrazarte"
- Lo único que quiero decir en esta oportunidad, es que.. no quiero que te vayas de mi vida.

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