viernes, 8 de junio de 2012

Semana de mierda



Una vez más:
una semana de mierda.
Se supone que sería tan distinta,
la primera del semestre mucho más relajada, 
sin tantos compromisos académicos,
había pensado juntarme con amigos de antaño,
beber unas cervezas para capear el frío
y nutrir la amistad a puta de salud y brindis.
¡Pamplinas!
Todo se fue al carajo el martes:
una conversación que nunca quise tener,
me confirmó el poder de la seducción de algunas
y la poca lealtad.
Ese intercambio de palabras escritas
me recordó lo mal que estuve hace unos meses,
salí rauda de casa con el afán de que el ruido
de las calles consumiera mis lágrimas y mis deseos de gritar.
Sí, se acabó una amistad incipiente y "prometedora",
se fue a la cresta el gusto y el coqueteo,
y con ello la idea de "abrir mi corazón"
qué tanto me cuesta.
Gracias a esto vuelvo al capullo,
me escondo entre mis discursos,
me valgo del amor familiar y de Dios para luchar contra todos,
me vuelvo a mirar al espejo y a recorrer mis lágrimas.
Por otra parte, la universidad me consumió las ganas,
me botó una vez en mi cama con dolor de cabeza
y con una necesidad de las entrañas de viajar 
y reencontrarme con esos rostros.
Las planificaciones me mantienen horas alerta,
objetivos fundamentales, contenidos mínimos,
actividades varias, preguntas cerradas, interpretaciones,
trabajos en grupo, etc.
La alarma no suena a la misma hora,
me quedo dormida una y otra vez,
la odiosidad me persigue y me usa como reproductora,
la violencia, el rencor, la rabia contenida:
todo esto terminará por convertirme 
en un ser despreciable en unas semanas más.
Quiero arrancar de mí, 
de esta sensación en las entrañas de que no puedo más,
de los miedos de mierda que me congelan,
de la imposibilidad de amar(me),
del letargo que me mantiene quieta, inmóvil.
¡SEMANA DE MIERDA!
¡MES DE MIERDA!

Único deseo: que llegué el 14 de julio, me largue de Santiago
y vea al fin tu rostro para que el mundo se detenga 
y por fin, podamos vivir ese amor.

1 comentario:

NegraNativa dijo...

Paciencia amiga, esas sensaciones reaparecerán a menudo, la pega es aprender a convivir con ellas y a sacar lo mejor, a disfrutar de los amores familiares que al fin y al cabo son los únicos verdaderos y eternos. Ya verás que cuando Amanda te mire a los ojos sentirás que existe el amor sin pretensiones y sin exigencias baratas, Solo amor del bueno. Te abrazo enormemente, ya habrá tiempo de reír y amar como lo mereces!!!

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