sábado, 23 de junio de 2012

Las lágrimas sí tienen sentido

Ayer fui a un lugar donde las lágrimas cobran sentido.
Me senté y en menos de un minuto,
mis lágrimas caían por mis mejillas,
me sentía tan cansada,
sin saber qué hacer,
sólo estuve allí.
Me aferré a lo que creo,
sin importar el qué dirán,
me sentí protegida,
en paz por unos segundos
y te recordé:
recé por ti,
porque vuelvas a tener noches tranquilas,
porque ese puto teléfono suene para una buena noticia,
porque tus lágrimas caigan de felicidad,
porque tu fortaleza no decaiga,
porque tengas vida por muchos años más.
También recordé de tu madre, mi abuela,
la sentí conmigo,
aferrada a ese rosario,
teniendo la certeza en los labios de que las cosas pasarán,
porque el amor puede contra todo vicio y dolor.
Salí de ese lugar,
luego de veloces cuarenta minutos,
no me quedaba maquillaje,
pálida como papel,
pero con un sentimiento indescriptible:
en paz, certera, extraña, fuerte y exhausta.

Sin duda, el abrazarte y que nuestros ojos se llenen de lágrimas de cansancio,
es sólo respuesta a lo que nos ha tocado vivir.
La fortaleza se hereda y mi abueli fue una guerrera silenciosa y sabia:
tú eres igual.
Verás cómo los ciclos se van cerrando,
cómo la certeza del amor nos ayudará a seguir adelante:
Yo estaré contigo siempre.

1 comentario:

Romina dijo...

Hay un proverbio que siempre me acompaña y dice "Mejor encender una vela que maldecir la oscuridad". Espero que la luz de tus buenos deseos alumbren a quienes los necesitan. Un abrazo y toda la fuerza!

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