lunes, 18 de junio de 2012

Ese cansancio


Pasan los días y yo no logro reponerme,
no se trata solo del cansancio académico que me tiene las ganas a medias,
sino que ese cansancio emocional que hace meses no sentía,
esas lágrimas que me visitan a diario,
a cualquier hora del día 
para recordarme las penas de mi mamá,
los problemas que la rodean y la tienen sin dormir.
Quizás tenemos una conexión tal
que logro sentir su pesar,
que no puedo ignorar verla día a día
sentada en el mismo lugar
con los lentes a media nariz,
los ojos rojos
y sus manos sosteniendo su rostro
¿Cómo hacerme la loca?

Las ganas de cortar las líneas telefónicas con todos,
dejarla respirar unos días
y darle la certeza que necesita,
recordarle que no está sola
y que he intentado la mayoría  de mis años de acompañarla,
aliviarle la carga,
no darle problemas, 
aprovechar de sentarnos en silencio,
ir a misa juntas y orar  con el afán de encontrarnos.
Hace poco vino a mi pieza y dijo: "terminaré volviéndome loca",
y claro si media familia la llama para que le solucione la vida,
sus hermanos cuentan con ella, 
a pesar de que los años han pasado,
porque sus hijos  (me incluyo) no concebimos la vida sin sus palabras.

Hoy, como muchos días,
siento el peso de sus hombros en  mi corazón,
me duele el cuerpo y la cabeza, 
pero no soy capaz de quejarme,
no  puedo esbozar una alegato,
¿con qué cara?

Deseo,
desde la entrañas al corazón,
que esta semana resulte todo,
que al fin se cumpla esta etapa
y mi mamá pueda descansar 
y ocuparse de lo que desee.
Y que el domingo estemos en familia,
como lo estaríamos con mi abueli
y disfrutemos de ese amor como herencia.

¡ENCUÉNTRANOS!

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