sábado, 14 de agosto de 2010

No hay piel que aguante


Nunca me han gustado las despedidas, quedo siempre con la sensación de no haber dicho nada, de no haber disfrutado ningún momento, de simplemente haber gastado las horas en buena compañía, para luego diluirlo en un abrazo apretado y un "gracias por la compañía.." Me desmorona sentir esa soledad, enfrentarme a esa indiferencia tan esperada, pero con tanto dolor, duele ese rechazo de quien esperas que te ame más, duele ese abrazo vacío y sin amor, duele la negación de los espacios y de la hermandad, duele. Me reconozco en esa mirada de distanciamiento, sé el porqué de su actuar, sé mis faltas y las conozco, me siento pequeña ante tanta atención enfocada y ante tanto rechazo, es en ese instante donde me siento la menor de esta familia. Empequeñecida frente a tanto éxito y entereza, ante tanta convicción y resultado, ante tanto esfuerzo y dedicación, sin poder defenderme ni imponer mi presencia, mis ideales bailan en mi boca queriendo salir, mientras quedo derrotada y con los ojos llenos de frustración: muda y las energías consumidas en la contención. Nubes de bajones me acechan y se alojan quizás hasta cuándo, un nudo en mi pecho quiere traicionarme y delatarse en cualquier momento, la tristeza me bordea los ojos y simplemente quiero arrancarme, escapar y alejarme más aún, porque aquí los kilómetros se hacen agua, porque la lejanía es eterna, porque la muralla que nos separa no tiene fin y el orgullo es lo que tiene primacía en esos ojos de cristal. Soy consciente de que no queda nada por hacer, de que la lucha está perdida con el orgullo, de que los años, la experiencia, el rechazo y la lejanía son mayor a todo amor y a todo reconciliación posible, a toda fraternidad, a todo perdón y a todo abrazo. Porque en esta situación no hay recuerdos que valgan, no hay fotografías que avalen ese amor, no hay nada que le gane al rencor y a las palabrotas, a las miradas insidiosas, y al quiebre. Aunque me convenza de el inmenso amor que siento, de la incondicionalidad, no hay reciprocidad y antes eso no hay piel que aguante..

No hay comentarios:

Somos