martes, 23 de marzo de 2010

Ecos de negación


Me entrego a los días como cual "Raquel" de Jorge Drexler, intentando serle fiel a mi destino y a cada una de mis opciones, alejándome de todo aquello que provoque dolor, esa sensación tan conocida, pero cada vez más ajena. Transito en los días como cualquier alma manchada por la rutina, mi mente sigue pegada en los días de calor y compañía, donde no había responsabilidad que atormentara mi cabeza, ni que me persiguiera pegada a mi sombra. Cada mañana despierto, y cual zombie me levanto instantáneamente, apagando el despertador, metiéndome a la ducha, dejando que el agua despeje esos ridículos recuerdos que tanto amo, de ese calor permanente de los días de verano que intentábamos calmar con una buena conversación, un cigarro y una cerveza a la luz de la luna, riéndonos de lo simple y de lo vano, cayendo muchas veces en las profundidades de un tema, para salir con un "salud" mirándonos a los ojos o una carcajada contagiosa.
Al salir de la ducha, el frío se adhiere a mi piel, pero aún así hay calor aquí dentro, en esas cuatro paredes enrojecidas. Pienso mientras me visto: "qué sueño.. fue como recordarme que siguen ahí, congelados con los días, sólo basta un abrazo para retomar esa calidez", siento que es casi un llamado a retornar, a volver a sentir y compartir, a sonreír con esas sonrisas y a darle sentido a las tardes de calor que aún quedan. Así mismo me niego a la idea de comenzar con la "vida académica", puesto que el inicio de ella significa perder mucho de lo conseguido o talvéz dejarlo en pause por unos cuantos meses, haciendo que los tiempos y las distancias se minimicen con la comunicación, que poco transmite de lo que realmente sucede. La negación sólo me hace el paso más pesado, aunque resuenen y auxilien los "no" aquí dentro, no queda más que hacer que sonreír y seguir construyendo, a pesar de las distancias y las responsabilidades que nos limiten y repriman otras opciones.
Me quedo con ese sabor, que quiere volver...

3 comentarios:

pennylanebcn dijo...

Me gusta tu blog. Un saludo

NegraNativa dijo...

Yo creo que el frìo y las oscuras tardes que se avecinan seràn igual unas grandiosas compañeras para seguir con esos exquisitos ritos.
Los quiero, a los cara de cueva y también necesito de una dosis de carcajadas

CorazónCoraza dijo...

Se hace necesario estos días un reencuentro, una terapia, y una buena dosis de conversación y buena compañía. Que el invierno también nos bendiga con esas compañías, y su fortificación.

Me mantiene esperanzada. :)

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