jueves, 4 de marzo de 2010

Aferrados a tu amor


Porque estar vivo significa algo.
Porque no desisto de rezar y agradecer.
Porque a pesar de tener casas y familias separadas, las esperanzas no mueren en el intento.
Porque a pesar de que las lágrimas no dejan de invadirme, hay alguien que vive aquí dentro.
Porque sobran razones para seguir adelante.
Porque los miedos nos atacan y somos capaces de levantarnos.
Porque nos movemos por el amor al otro.
Porque creemos fielmente en un renacer.
Porque nos aferramos a la esperanza y nuestra bandera de lucha flameará por fin.


Porque a pesar de todo esto, me cuesta tomar la postura que me pides y dejarte ir, como a ofrecerte a la deriva, sin más que tu corazón comprometido y apasionado, jurándome con esos ojos brillosos que volverás y que esté tranquila, que deje de llorar y rece por él. Las decisiones ya fueron tomadas, ¿qué más me queda por hacer?, esperar que los días sigan su curso, pero que esta vez pasen veloces y sin novedad, que el frío me mantenga en esta cama, con los ojos pegados en mis libros y con la calma con la que hoy desperté.

Con el corazón apretado, pido a Dios que nos regale esperanza y tranquilidad, que nos embriague de norte a sur de su inmenso amor, y que nos tenga entre sus manos.

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