sábado, 13 de febrero de 2010

Otro año más.


Hace 3 años algo cambió en mi vida, una pieza fundamental de aquél juego dejó de vibrar, y se desmoronó todo lo formado, cesó el corazón de esa mujer un día como este, y desde ese día todas las cosas cambiaron. El hecho de que su presencia ya no nos invada, tiene ese dejo amargo de la vida, no hay forma de unirnos nuevamente, y su recuerdo deambula entre nosotros, nuestros ojos hablan de ella y de su paso por nuestra vida.

La sensación de hoy, es de recogimiento, de extrañeza, de hacer un pause con la agitación de nuestras vidas para respirar profundo y sentir su presencia, para dibujar su última sonrisa y escuchar su voz, para renacer ese pedacito de ella en nuestras vidas, donde se quedó plasmada con ese gran corazón y con esos ojos brillantes esperando una respuesta.

Sin duda las pérdidas son parte de nuestro paso por este lugar, pero esta vez me sorprende la falta que nos hace, las cosas que provoca su ausencia, las rupturas y los renconres que deja la ambición y las ganas de más, pasando por encima de quienes sí guardamos ese silencio y respeto por el otro.

El hecho de llevar tu nombre, ya cobra sentido en esta mujer qué tanto te discutió aquél nombre le era tan ajeno, el sabor de tu nombre en mi vida me hace feliz, me tiene alerta, es un recordar constante de tí, de tus ojos, de tu certeza, de tu paz, de todo aquello que hoy necesito. Quédate una vez más con nosotros Olga Parraguirre Luna, haznos vibrar nuevamente con tu silencio y tus ojos brillantes, regálanos nuevamente tu sabiduría y aquella hermosa manera de reunirnos. Quisiera verte una vez más sentada en tu cama, con el rosario entre las manos y esa fe que me mueve montañas, quisiera que me regalaras tus pasos y ese caminar tan tranquilo..

Donde estés, te llevo aquí dentro.. vives en mí.

1 comentario:

NegraNativa dijo...

Mary, que lindo lo que has escrito, es bueno enterarse que hay quienes viven de los buenos recuerdos hornando a quienes han partido.
Y eso de cargar con el nombre es mucho mas hermoso, ahora sé cuanto vale el decirte María Olga

un abrazo!

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