lunes, 3 de septiembre de 2012

Con ganas de putear.

No sé qué mierda le pasa a Septiembre conmigo.
Sé que algo anda mal, aunque quizá suene exagerada, pero algo huele mal.
Sí, sólo llevamos tres días, pero ¡es mí mes!, son mis días.

No me produce ningún interés mi primera práctica,
y mucho menos con las "recomendaciones" del vicerrector respecto
a mi profesora guía: "debes trabajar bajo SU método, debes tener tacto 
para decir las cosas.." mientras me miraba con cara de 'te compadezco'.
No quiero levantarme a las 6 de la mañana,
vestirme como no lo hago habitualmente e ir a presentarme
a un colegio donde sólo tendré el rol de mirar.

Por otra parte,
ella siempre, SIEMPRE, llama para malas noticias,
para reportar la 'mala' conducta de él,
para 'acusarlo',
para decir que está cansada,
que no es lo que quiere para su vida,
¿me estás rompiendo las pelotas o esta es una broma?
¡TIENEN MÁS DE 28 AÑOS Y UNA HIJA!
No puedo decir más que la rabia se me está saliendo por todas partes,
que las pendejadas se siguen cometiendo a pesar de los años,
las responsabilidades y el trabajo.
Me encantaría gritarles en la cara que no llamen más,
que mi mamá no tiene porqué interferir,
que no queremos escuchar más malas noticias,
que maduren,
que sean un ejemplo para su hija 
y no un par de pendejos insoportables, 
incapaces de sobrellevar una relación estable.
- Me agoté -
- Me asusta la manipulación -
- No dejo de llorar -
- Me duele la cabeza -

No, no tengo vida sentimental hace tiempo
y claro, échenme a mí la culpa,
¿de quién más?
Soy una exigente de mierda,
una antisocial preocupada de que no la dañen,
una ostra con miedo a todo,
una pendeja ilusionada y cobarde,
que ya ni sueña con 'el hombre' que la salvará de la soledad,
que no le queda una gota de ánimo para salir de la cama,
que ahora odia la primavera y toda su webada amorosa.
Incapaz de sorprenderme con la gratuidad,
con el ser vista y deseada,
con el ser piropeada.

Sí.
Me repongo lento o a veces rápido, depende.
Sé que lo haré, 
sólo que hoy quería dedicarme a maldecir, 
putear, alegar, llorar y caer.
¿Tengo derecho, cierto?

No.
No tengo la vida resuelta.
Me cuesta "pensarme" en cinco años,
¿alguien puede hacerlo con esta relatividad de mierda?
Prefiero ir construyéndome,
probándome, saboreando el suelo y el cielo,
con muy pocas certezas amarradas a la piel,
con todas las dudas y aterrada.
Sólo sé que no quiero dañar y no ser dañada,
que soy responsable de mis decisiones,
de mis lágrimas y de mis palabras,
de lo demás: hágase cargo usted.

Sólo te pido una cosa, Septiembre: ten piedad de mí y no dejes de amarme. 

2 comentarios:

Romina dijo...

cuando me siento así,
con ganas de vomitarle al mundo todo lo que me hace mal
siempre una canción de Jorge Drexler me ayuda y susurro
"Calma,
todo está en calma,
deja que el beso dure,
deja que el tiempo cure,
deja que el alma
tenga la misma edad
que la edad del cielo."
Mucho nos falta para aprender, sobre todo, que hay mcuhas cosas que no están a nuestro alcance para cambiar y que cada persona tiene que hacer su propio viaje.
beso grande
arriba

CorazónCoraza dijo...

Romina,
cada vez que te leo me sorprendo y te agradezco por tus palabras :)
Cuando llegan esos días, intento respirar profundo más de lo normal, muchas veces rezar y meditar (mientras se me caen las lágrimas).
Escucharé a Jorge Drexler, me encantó el tema.
Un abrazo grande.

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