miércoles, 5 de octubre de 2011

¡Placer sin culpas!

A veces siento que tengo mucho por escribir, la cabeza se me llena de ideas, cada paso que doy por el asfalto con los audífonos puesto y Serrano sonando es un motivo para retratar, siento que es momento de tomar el lápiz y dejarme llevar por el deseo de soltar esas letras.

Hoy sólo quiero decir "cuánto amo comer"
Hace unos días estoy leyendo un libro (primero vi la película, pero una vez más debo decir que el libro es mil veces mejor) de una historia real de una mujer que viaja y la primera parada que hace es en Italia o "dilo comiendo". Concuerdo en muchos aspectos con ella, quizás por eso mismo me encantó la película, el libro y la espectacular comida de Roma.

Es por eso que llegué a casa, pasadas las 18 horas a cocinar unos spaghetti, con una salsa magnífica pero muy sencilla y me senté a media tarde a disfrutar de ellos como el mayor placer del mundo: ¿hay algo mejor que comer? (probablemente tomarse una cerveza con los amigos, bailar con una banda en vivo o simplemente amar, pero yo hablo de placeres), ¿hay algún placer más inexplicable que comer algo tan exquisito?

Sí, amo profundamente la comida y lo que ella provoca: la reunión de la familia un domingo completo, una junta con amigos un viernes en la noche, un vino rico y una película.

Bueno, ya no sueño más con esos spaghetti, ¡los tengo!
Un placer más para compartir.

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