miércoles, 13 de enero de 2010

Vuelvo por unos días


Volví.

Luego de días, estoy hechada en mi cama, viendo como las horas pasan sobre mí, tratando de agotar este cansancio. Escucho a Aznar intentando buscar muchísimas más respuestas que surgieron con los días, pero pienso y pienso.. quedo pegada.

Reconozco mis talentos, pero debo ser objetiva: tengo un montón de defectos difíciles de remedear, un egocentrismo tan oculto, pero que me debora con rapidez, muchas veces a punto de descubrirse, carezco de autocrítica explícita, más bien me muerdo la lengua y me pudro por dentro, para sonreír para los demás. Intento trabajar en ellos, me entrego a las letras para dejarme llevar, para sobrellevar mis errores y aliviar mis lágrimas, pero me traicionan y hablan por mí.

La tranquilidad me invade estos días, me lancé en una aventura totalmente nueva, compartí mis días, inventé, abracé, toqué, lloré, caminé bajo el sol, sonreí y me dejé llevar. Vi a Dios en cada lugar, en cada lágrima y todas las demostraciones de cariño posibles e imposibles.

Vuelvo a mi lugar, a este cuarto y a mis ideales, a los días de sol esperándote para compartir y soñar nuestras vacaciones, a las tardes eternas pensado y recriminándome por mis faltas y todas las veces que debí decirte lo mucho que me hacías falta a través del teléfono, pero mi soberbia me ganó. Vuelvo a abrazar y a besar con más amor, ese amor contenido en 10 días de ausencia.
Vuelvo..

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