No me gusta cuando la Semana Santa se viene encima sin darme cuenta.
Estas últimas horas he pensado qué hacer esos días,
dónde iré, en qué ocuparé esas horas
y no poque extrañe ocuparlas en actividades pastorales,
sino porque no tengo aquél espacio de recogimiento,
ese lugar no tiene buenos recuerdos,
ni mucho menos buenos rostros.
Sólo la presencia de Jesucristo y su madre.
¿Cómo ir si no me siento cómoda?
¿Dónde ir?
A veces pienso quedarme encerrada en estas cuatro paredes,
lamentarme la soledad y orar en silencio.
A veces pienso en buscar otro espacio para mí,
con caras desconocidas
y nuevos aires.
A veces pienso en multiplicarme por cero.
Desearía que la Amanda fuera más grande,
disfrazarme de coneja
y que participara de la Pascua de Resurrección por primera vez.
Quizás la opción sea encuenvarme.
1 comentario:
espero que tomes la decisión acertada
sea la que sea
te mando un abrazo
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