domingo, 11 de noviembre de 2012

¡GRACIAS!


Había vivido semanas así.
No tiene mucho que ver con la universidad, 
ni  con mis responsabilidades varias,
sino que una vez más tenía que ver con mi cuerpo.
Quizás nunca aprenderé a oírlo,
o también me estoy haciendo la loca
y prefiero omitir.
Esta vez el panorama se complicaba
y los resultados no me sonaban favorables,
mis ojos se llenaron de lágrimas el primer día
que me vi sentada en esa consulta
con muchas dudas
y una sola respuesta.
Mi mamá y yo a los pies de mi cama
una vez más,
ahogadas con esas lágrimas,
porque había más de un motivo,
porque las cosas se estaban haciendo mal,
porque la distancia nos estaba rompiendo los sueños,
porque hay alguien que desconoce nuestras voces,
porque mi cuerpo se hace tan débil,
porque no sé cómo luchar cuando no están,
porque el amor incondicional es la tónica de nuestra vida,
porque si entregamos el corazón la respuesta será siempre una certeza,
porque la esperanza no muere porque sí ni en los portazos,
porque la amistad de lunes a viernes no existe,
porque los días me recuerdan que nací prematura,
porque no entiendo la amistad,
porque me cansé de que me repitan "ten paciencia",
porque la empatía sólo existe en estas cuatro paredes
y en esta sangre.

Después de vivir una semana difícil, gris y de mierda,
vuelvo una vez más a agradecer a la vida
por lo que me tocó, 
por quiénes son mi colchón de amor incondicional,
por lo que aprendo todos los días.
Y porque tengo la certeza de que he sido muy afortunada.

Baja a la tierra / Kevin Johansen 



No hay comentarios:

Somos