lunes, 21 de noviembre de 2011

En tus brazos de sol



Luego de este maravilloso fin de semana, claramente mi vida no puede seguir igual, es necesario tomar las riendas y decidir, mirar con certeza mi objetivo y lanzarme sin mirar para los lados, sin preocuparme por el qué dirán, pues siempre habrá esa gente tóxica y mala leche que aportilla todas las metas. ¡Es exactamente esa gente la que estoy desechando de mi vida! Ya no me sirven y jamás me han hecho bien, jamás han contribuido a mi felicidad, sólo se han preocupado de copuchentear sobre mi vida, sobre mi familia, sin siquiera mirarse un poquito.

De a poquito siento cómo el viento fresco sacude mi vida, viene a mover las piezas y darle sentido a todo este dolor, cómo las personas que están de tránsito por fin se van de mi lado para abrir paso a rostros que estarán hasta la eternidad. La felicidad ha venido a invadir mi casa y mi piel, mis lágrimas y mis deseos, las novedades me han hecho sonreír una vez más y tener la certeza de que la vida recién comienza, que los veintidós años que cargo sólo han sido motivación que está a punto de despegar sólo por el amor a la vida.

Nadie puede opacar este momento
Nadie puede imaginarse la felicidad que siento
Nadie sabe qué se siente ver a mis padres llorando de amor
Nadie tendrá al sobrino/a más amado/a

Sólo agradezco a quienes estuvieron ahí cuando quise celebrar y gritarle al cielo lo feliz que estaba.

1 comentario:

Tamy dijo...

Me gusta leerte así, decidida por conseguir la felicidad, por dejar de lado lo malo y buscar siempre sólo lo bueno.

Te mereces todas las alegrías del mundo, eres una excelente persona y estoy segura de que Dios jamás te dejará caer. Sonríe, Mari, vive y grita de amor y felicidad.

Un abrazo para la futura tía (:

¡Besos!

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