viernes, 11 de junio de 2010

Simplemente quiero correr


Tengo ganas de desfallecer y enredarme entre sábanas, gritarle a mi gato que acompaña mis tristezas y dejarme desaparecer de la vida, que me olviden, que desde ahora pierdan mi imagen en su memoria a corto plazo, donde se guardan afectos, cariños, estímulos. Que mi nombre deje de tener esa discordia que tanto me desagrada, y ya no me nombre, ni por María ni por Olga, porque nunca lo aprendieron, ni entendieron la importancia, que los labios olviden esa gesticulación, que los ojos vigilantes y curiosos dejen de recorrer mis rincones, imperfecciones y colores, que se pierda en mis marices y por fin, naturalmente me olviden. Este sentir o arranque, no tiene que ver con pesares o penas o desilusiones de la vida, quizás tiene que ver con desgaste, con perder algún sentido o sabor, con ese maldito deseo de correr lejos y sin destino, sólo por el hecho de correr: ¡quiero correr! Quiero olvidar, quiero volver a aprender, olvidarme de cómo tomar el lápiz, de cómo formar amistad, de cómo abrazar y hasta de cómo discutir. Quizás esa necesidad/carencia/ganas: se relacione con lo que vivo y cómo lo matizo, cómo lo recepciono en mi piel, para producir una reacción y una revolución.. Revolución que quiere hacer erupción, pero no hay vías de expresión y de escape, de ahí 'el correr lejos, gritar, saltar, bailar': buscar agotar mis energías en algo más saludable, en una 'nueva forma de expresar' y de ser yo.

3 comentarios:

NegraNativa dijo...

Quizá perdamos el tiempo en rediculeces y bromas, en eternas carcajadas y emborracharnos en esperanzadoras conversaciones, pero también quizá olvide preguntar cómo estás y en qué puedo ayudarte, creo que desde este fin de semana sabes que cuando quieras correr te puedo acompañar o esperar, que mis ultimas sinceridades tienen que ver con esa amistad que crece y que no depende de lugares y situaciones, solo con nosotras.
te re quiero chascona y corre lejos que cuando retornes estaré para calmar tu cansancio

CorazónCoraza dijo...

Yo rayé y sigo en eso. Creo que este efecto de amistad loca y verdadera me persigue. Este fin de semana pude confirmar que aquello se quedó, está y trasciende, y que tanto miedo le teníamos a esa palabra. Me sorprende saber lo importante que soy para ti y para el flaco, no porque no lo supiera sino porque uno se queda guardado muchas veces con ese amor y lo comparte con risas y carcajadas. Venía el metro tren ahogada, con ganas de lagrimear por la convicción de amistad, porque tanta falta me hacía ese amor infinito, esas energías desbordantes y simplemente incomparables. Este fin de semana no necesité más, no recordé mis responsabilidades, ni los miedos y agotamientos que dejé antes de subirme al tren, sólo me entregué a la idea de recargarme. Porque aún nos queda Ismael, Buenos Aires y San Pedro, y una vida, eso weá me estremece y me hace feliz.

Así de mamona, me quieres jajajaja
Gracias por estar ahí, porque sé que siempre estarás, en mis cansancios, en mis derrotas y en todas mis alegrías. ¡Viva la amistad! Negra querida, te adoroooo =)

NegraNativa dijo...

Ayyyy lloré
te quiero y ahorra para largarnos en compañía, te re quiero=)

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