miércoles, 16 de junio de 2010

Incertidumbre certera


Aún me iluminan las energías del fin de semana. Aún cuando no sé qué hacer, si esperar o determinar, si quedarme en este letargo insoportable o tomar el camino más fácil: mandar a la mierda. Porque me siento sola y responsable, ahogada y decepcionada, incomprendida y patética, desencantada y agotada, pero será que aún me quedan ánimos para luchar, para dar la última pelea, para agotar las energías... pero ese miedo me recorre la piel, ese miedo a seguir fracasando, al retroceso y la desesperanzada, miedo a que esa soledad me siga esperando a la bajada de la estación, para cagarme la onda y sumergirme en un bajón del cual arranco a diario y que sólo las energías cálidas y amistosas me sacan.
Vivo los días olvidándome de mis penas, haciéndome la loca y enfocando mis ganas en las vacaciones y mis proyectos, en mis locuras y arranques que sirven de terapia rápida y efectiva, en la soledad mientras sin quererlo espero esas respuestas que determinarán la parada de estos años dolidos y disfrutados, cobijados y ausentes.
Sigo sin saber, con la única convicción que mis días sí cambiarán.

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