martes, 15 de febrero de 2011

Victimización y santificación de tu nombre

Todos hablan de tí, como si te conocieran.
Todos se llenan la boca hablando de tus aventuras,
se ríen de tu poder de conquista,
otros te admiran por tu trabajo, por tu destreza y habilidad,
las mujeres viven enamoradas de tus ojos,
y yo guardo silencio.
Me he cansado de escuchar a otros referirse a tí,
de cualquier forma: ya sea admirándose por todas las minas que has tenido
o cagándose de la risa por tus curaderas.
¡Me cansé, me aburrí!
He vivido años siendo espectadora de tu vida,
la mayoría de los años pegada a la mía, otros años lejos,
pero más bien, siempre has estado lejos.
He visto como desperdicias horas, como te caes y como te vuelves a parar,
he escuchado cómo la gente te adula,
he visto cómo sufres y cómo sufren mis papás,
he visto cómo muchos callan y cómo nadie te reprende.
He visto cómo juegas con el éxito y cómo sabes trabajar.
He sido testigo de tu victimización y de tu santificación
en estas cuatro paredes: de las cuales jamás he sido parte.
He sido testigo de conversaciones acerca de tí,
de cómo la gente se llena la boca con tu nombre,
mientras yo no tengo nada qué decir.
Sólo he sido testigo de tu vida,
de todas y cada una de tus caídas,
de tus misterios que jamás los has revelado frente a mí,
de tus proyectos, que siempre soy la última en saberlos,
he escuchado entre las paredes tus ideas preconcebidas de mí,
simplemente una espectadora más de tu vida, pero con un plus.
Yo sí he vivido contigo, la mayor parte de mi vida.
Yo sí tengo mucho que decir de tí, pero a tí.
Yo sí he visto cómo te caes y todos callan.
Yo sí sé de tu vida (aunque menos que mamá)
Una vez más tu nombre viene a aturdir mis horas,
he pasado minutos mirando el cielo y pensando en cómo pasa todo esto,
he escuchado un montón de conversaciones en torno a tí,
han construido planes en menos de un día,
han hecho maletas,
han hecho itinerarios.
Mientras hay cosas por arreglar,
relaciones que parchar y sanar,
callar el puto conventilleo
y ser leales alguna vez.
¡Cuanto te hace falta de eso!



No hay comentarios:

Somos