lunes, 22 de julio de 2013

¿Ayuda?

Hay quienes están para exigirte,
para cuestionarte,
para preguntar
"bueno, ¿y cuándo?"
Hay otros que están para observar,
para medir tus actos,
y así desde el silencio poder actuar.
Hay otros quienes son cómplices,
que no cuestionan sino que acompañan,
que se tiran consejos en vano como
"no te preocupes, a todos les toca"
(qué carajo es eso, como un premio de consuelo).
Son un bálsamo permanente,
una conversación a calzón quitado,
sin esconder los miedos 
porque sé que no me van a recriminar
ni mucho menos lo usarán como tema de conversación.
Y hay otros,
que sinceramente no les importa lo que estés viviendo
porque siempre
siempre
siempre 
estarán a mi lado,
para abrazar,
calmar 
y amar.
Este fin de semana me encontré con una de esas personas:
me escuchó y jamás me apuro,
"eres una guagua todavía, no te preocupes"
Y yo que pensaba que sólo mamá me diría algo así,
pues me sorprendí tanto,
me sentí tranquila,
me relajé.
Y a partir de esto vuelvo a la misma reflexión:
me reservó,
me quedo en el silencio,
pues sólo un par de oídos sabrán mi verdad,
tendrán la primicia de mi vida,
mis miedos,
mis sueños,
y en qué estoy realmente.
Que los demás piensen lo que quieran,
que soy una floja,
que soy lesbiana,
que soy tímida,
que me falta esto y lo otro.
¿Qué más da?
Sigo siendo yo la dueña de mi vida,
y si yo lo quiero: 
no sabrán de mí lo que oculto,
lo que jamás he querido contar.
No hay una vida que me está apurando,
son las mismas personas que me rodean los que atormentan mi proceso:
familia, amigos, conocidos.

Sin duda todos llevamos una tormenta interior,
que algunos quieren compartir,
y otros quieren ocultar.
Pues bueno,
yo la quiero ocultar de todas esas personas que me quieren apurar,
que quieren saber de mis procesos sólo para cuestionar,
criticar y rechazar,
con la idea de "ayudar".
Yo me dejo ayudar, de verdad, por pocos.

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